domingo, 17 de febrero de 2013

EDUCAR EN VALORES, NO ES TAREA FÁCIL...

Educar en valores no es tarea fácilni es un objetivo que se logre a corto plazoEducar en valores es un trabajo arduo que debe empezar en el hogar y continuar en la escuela, pero esta tarea, es una pelota que rebota y nadie quiere asumir su responsabilidad. Nuestra institución asumió como propósito del proyecto institucional, para este año escolar la educación en  valores, Evaluando este primer lapso sobre los objetivos del PEIC, en la promoción de valores, es el personal y no los estudiantes, los que están saliendo raspados. Pues algunos difícilmente vivencian valores como la integración, el compañerismo, la solidaridad. Esta situación fue evidente en la celebración del Carnaval, donde cada nivel y jornada monto su fiesta por separado, pues se considera como verdad establecida que es mejor cada quien haga las cosas por su lado (bello ejemplo de integración y solidaridad). Es así como los organizadores del liceo lo tenían todo muy preparado, su toldo, full equipo de sonido, las sillas que ellos gestionaron y son de su "propiedad" , todo cuidadosamente preparado , no así los  docentes del nivel de primaria de la mañana, quienes se vieron en aprietos para conseguir un micrófono, una que otra bomba adornaba la cancha desde donde se escuchaba la música del Liceo, pero ellos tenían su invitado de honor, el ganador de la vuelta al Tachira  quien solo pudo solo ser visto y homenajeado por los escolares de este nivel, pues "ellos" lo habían invitado., en el caso de la jornada de la tarde ellos también tenían planificado por su parte y contaban con un excelente organizador
Las excusas para unirse como institución sobran: que los niveles educativos, que las edades, que el personal no es compatible, etc, etc. qué diferencia hay cuando se crea apartheid por raza, credo ideologías o como actualmente por la diversidad funcional o discapacidad, la humanidad, siempre se inventa excusas muy razonables para la segregación y uno se pregunta  cómo se puede dar  la unión, escuela-familia, cuando a los miembros de la institución escolar se les dificulta integrarse.
Encontré en la red, un artículo muy interesante sobre la educación en valores y los invito a reflexionar, Al que le parezca aburridososo, es sin duda alguien que forma parte del problema y no de la  solución de la crisis de valores.

Por: Antonio Pérez Esclarín 

En un artículo anterior expresé que con el tiempo,  he ido comprendiendo que para superar la mera retórica que tanto insiste hoy en  la necesidad de educar en valores, se requieren al menos  tres cosas esenciales: en primer lugar, que cada docente se vaya transformando en un genuino educador, que se esfuerza por vivir y expresar con su conducta y vida los valores que propone. En segundo lugar, he ido comprendiendo que no es posible educar en  determinados  valores si los centros educativos no los incorporan a su estructura y funcionamiento.  Si queremos lograr alumnos participativos y críticos, creativos, cooperativos, solidarios…, el ejercicio educativo tiene que ser participativo y crítico, creativo, cooperativo, solidario… De ahí que el énfasis no puede estar  en educar para, sino en educar en: educar en la participación, en la creatividad,  en la cooperación, en la solidaridad. De bien poco va a servir que proclamemos las bondades de la participación, si mantenemos una estructura, tanto en el centro educativo como en el aula, autoritaria y vertical. No fomentaremos la creatividad con copias, con guías, con lecciones caletreadas.  No lograremos alumnos cooperativos y solidarios con una pedagogía que promueve el trabajo individual, la competitividad y  el éxito personal sin importar el fracaso de los demás… De ahí la necesidad de concebir y estructurar los centros educativos como comunidades de vida, de participación, de diálogo, trabajo y aprendizaje compartido, de tolerancia y discusión abierta sobre las tendencias socializadoras. Comunidades educativas en las que se aprende porque se vive, porque se participa, se construyen cooperativamente alternativas a los problemas individuales y sociales, se fomenta la iniciativa, se toleran las discrepancias, se integran las diferentes visiones y propuestas, se respira un aire que alimenta la amistad, la gratuidad, el servicio, la cooperación, la solidaridad.  Se trata, en definitiva, de transformar profundamente los actuales centros educativos, para que sean semillas y ya también espejos de la nueva sociedad que pretendemos;  de modo que coincida el currículo explícito con  el currículo oculto. Esto va a suponer, entre otras cosas, que los directivos entiendan que su papel primordial es tener a su personal motivado, contento y comprometido. Para ello, deben ser educadores y no meros funcionarios, expertos en humanidad más que en otra cosa y entender que no pueden agotarse en cuestiones burocráticas y en papeles, sino que deben promover la formación y reflexión permanentes de todo su personal. Los problemas y conflictos se enfrentan  mediante la negociación y el diálogo para hacer de ellos verdaderas oportunidades educativas. Se vive un clima de responsabilidad, compromiso, trabajo, entusiasmo. Se respetan la diversidad y las diferencias, se defienden los derechos de todos, en especial de los más débiles y necesitados…En breve, toda la organización y la pedagogía tratan  de promover y reflejar los  valores y formas de vida de la sociedad que buscamos y queremos
Como tercera cosa, he aprendido que es muy poco lo que lograremos en una pretendida formación en valores, si no integramos el centro educativo con la familia y con la comunidad.  La familia es la primera formadora o deformadora. Los niños aprenden a valorar lo que valoran sus padres, las personas con las que viven. No es mucho, por consiguiente, lo que podrá lograr un centro educativo si trata de sembrar y cultivar unos determinados valores que la familia rechaza o no está dispuesta a vivir. En el mejor de los casos, si el centro educativo va por un lado y la familia por el otro, estaremos formando jóvenes desorientados, que no saben para dónde agarrar, y que terminarán sin hacer caso ni a la escuela ni a los padres… Sólo podrá enseñar valores el que se esfuerza por enseñárselos a sí mismo, el que lucha por levantarse de sus  propias debilidades y se esfuerza día a día por ser mejor.

A continuación una imágenes de nuestro trabajo y esfuerzos en pro del proyecto institucional, educando en valores.




No hay comentarios:

Publicar un comentario